Rían, festejen y brinden
porque el cielo es azul
igual que el mar, y juntos nos envuelven
en una belleza profunda y etérea.
Los pulpos unen sus tentáculos,
los pájaros se besan en los picos,
pero yo llevo clavado el arpón de la tragedia
que me tiró la ballesta del destino:
Patricia cortaba salchichón primavera
grueso para picada, y en qué pensaría
que se rebanó la mano limpia desde la muñeca
y no quiso ir al doctor y terminó perdiendo el brazo.
Y ahora yo he perdido la confianza,
a ver si el día de mañana te cortás un pie
con una lata de dulce de batata,
con una lata de dulce de batata.
Patricia, ahora ya no es lo mismo,
Patricia, tus abrazos son más fríos,
Patricia, ¿vos me querés por mí mismo
o por miedo a la soledad?
¿O por miedo a la soledad?
¿O por miedo... a la soledad?
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