Hace unas semanas anduvo John Travolta por la Argentina. Vino en uno de sus aviones privados (John es piloto matriculado) a comprar media Patagonia para poner campings copados.
En una impasse de su maratón inmobiliaria, John, con la excusa de asesorarse acerca de la movida artística en nuestro país, nos ofreció un asado, que no supimos rechazar. Cabe aclarar que Travolta (un terrateniente que viaja en su boeing 707, él sólo con su esposa desperdiciando toneladas de combustible y después se queja de la polución) John sigue siendo el mismo copado de siempre, y sigue bailando que da calambre. Estuvimos intercambiando pasitos y nos hizo la siguiente entrevista.
Nahuel: Se murió.
Fernando: Un hijo de puta.
Daniel: Yo no llegué a tocar con él, yo empecé a tocar después de que Ismael se murió, así que puedo decir que estoy orgulloso.
Fabi: Le cabía.
Daniel: Che, John, dejáte de joder. ¿Qué hacés con eso? Me dan impresión las armas.
Fernando: A mí lo que no me copa de la droga es su ilegalidad.
Fabi: Sí, da bronca saber que parte de la guita que se gasta en falopa se la llevan los ratis.
Nahuel: Hay gente que por guita hace cualquier cosa. ¿A vos cuánto te pagaron por filmar la película del niño de la pecera de cristal?
Daniel: Lo justo y necesario.
Fabi: Depende, hay guitas y guitas... a mí los soles peruanos me los cambian en el Abasto. Otra cosa no acepto.
Fernando: Y sí...
Daniel: Bueno, si vamos a hablar de nuestras perversiones favoritas...
Nahuel: Yo lo que te quería decir eraaa...
Fabi: ¿Vos decís tipo "paragüita"?
domingo, 18 de octubre de 2009
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