Un asado con Travolta - 2ª parte

Daniel: A favor, a favor. Siempre es a favor, llega un momento en que uno lo entiende.
Fabi: En ese aspecto, mi modelo a seguir es Minguito Tinguitella. Tan mal no le fue, ¿no?
Nahuel: Y estamos a la vanguardia de la moda.
Fernando: Además somos superhéroes y jóvenes. ¿Vos cuántos años tenés?

Daniel: Lo justo y necesario.
Fabi: De eso hay que preguntarle a Palanca Pier.
Fernando: A mí lo que no me va es la hipocresía. Hacerte el hippie con plata está bárbaro. Pero no sé qué es preferible...

Fabián: Yo tuve un milquinientos, pero no me servía, no es un auto para un superhéroe.
Daniel: Mientras no seamos famosos...
Nahuel: Por suerte hacemos todo lo posible. Igual a veces viajamos en pony también.
Daniel: A veces nos teletransportamos también...
Fabián: Che, ¿esa lucesita verde para qué sirve?
Fernando: Sí, como somos superhéroes a veces... Aunque no podemos hablar mucho al respecto...
Daniel: Sí, sobre todo cuando estamos borrachos...
Fernando: Es más, creo que ya dijimos demasiado.

Fernando: Estamos al toque.
Nahuel: Vamos caminando.
Daniel: No vayas fuerte, John.
Fabi: Andá... ¿Vos laburaste en Top Gun?
Daniel: Che, John ¿no me tirás hasta Gerli?

Luego de su visita a la Argentina para verificar que sus inversiones y la Patagonia existían, John Travolta se fue encantado. Cagar en la pileta le pareció lo más. Las cumbres nevadas, los choripanes en la calle, la pesca y los lagos en pelotas, las pendejas rolingas, la pasión por el fútbol, la milonga, Constitución... Dijo que va a volver.